jueves, 23 de abril de 2015

EL TRIGO EN LA CERVEZA

         Por: Javier Sánchez Valenzuela
        
El noroeste de México es un lugar muy diferente a las regiones en las que surgieron los tipos y estilos de cerveza que actualmente conocemos en el mundo. De los verdes valles del centro de Europa irrigados por ríos extensos y fríos a nuestras montañas rocosas, desiertos calientes y secos hay evidentemente una gran diferencia. No obstante existe algo que nos une con aquellos lugares al grado de que en las regiones desérticas hemos desarrollado una vocación cervecera como pocos lugares del mundo. La cerveza es parte de nuestra cultura local, de nuestras tradiciones, de nuestra forma de convivir con los demás al grado de que es impensable encontrarse con alguien sin que, acto seguido,  destapemos una “helada” para celebrar el momento.
Lo que se me hace extraño de todo esto no es el hecho de que seamos proclives a tomar cerveza, sino que no hayamos desarrollado el gusto por un estilo de cerveza que además nos conecta sin mayor trámite con nuestra geografía, con nuestras raíces y nuestra historia regional de manera casi genética (por lo menos el papá de su seguro servidor sembró en el valle de Mexicali muchas toneladas de este grano maravilloso). Me refiero a la cerveza de trigo.
Los estilos de cerveza que usualmente tomamos son Lagers principalmente relacionadas con el estilo Pilsner. Este es el sabor que mejor se ha adaptado a nuestro carácter, a nuestro clima y a la necesidad de refrescarnos a como dé lugar. Sin embargo estoy cierto de que hemos desdeñado las virtudes de la cerveza de trigo que resultan ser igualmente refrescantes.
Las cervezas de trigo en su gran mayoría contienen también cebada. Los porcentajes varían dependiendo de las diferentes recetas que manejan sus fabricantes. La mezcla de estos granos son los que le dan su sabor característico.
LAS PREFERIDAS EN BAVIERA
Las cervezas de trigo son también llamadas cervezas blancas por su aspecto turbio y neblinoso, esto es debido a que no suelen filtrarse –como lo hacen las Pilsner- lo que les da matices naranjas y dorados opacos.  Son cervezas de fermentación alta que utilizan una mezcla de trigo y cebada que le dan un sabor definido, casi como a pan recién hecho. Su aroma es ácido y refrescante como una naranja recién cortada y su espuma densa ayuda a contener su sabor dentro del vaso. Es frecuente que al pedirla en un restaurante o una taberna el vaso venga adornado con una delgada rebanada de naranja o limón amarillo que ayuda a definir aun más su refrescante aroma y sabor.
Este estilo de cerveza que ahora se produce abundantemente en Alemania y Bélgica, alguna vez fue de producción exclusiva para la realeza Bábara. Solía ser producida como cerveza de verano pero su creciente popularidad la ha llevado a producirse durante todo el año. Entre otra de las curiosidades relacionadas con este estilo de cerveza es que la marca Weihenstephaner Hefeweisen  es una de las preferidas del Papa Emérito Benedicto XVI, junto con la Ale inglesa Spitfire.
Cada que se presenta la oportunidad de invitar una cerveza de trigo a algún amigo, noto con gusto que aunque el sabor es nuevo para él, la disfrutan enormemente y terminan por pedir otra y otra más. Hasta la fecha no conozco a ningúna persona que le haya hecho el feo a una buena cerveza de trigo.
Afortunadamente las cervezas de trigo han sido retomadas por los artesanos cerveceros de la zona y cada vez son más las opciones que podemos encontrar en El Sume o en otros lugares dedicados a promover la buena cerveza. Excepto la cerveza de trigo que hace tres años presentó Cuauthémoc-Moctezuma (como parte de sus cervezas Premium) al mercado mexicano, este estilo ha estado ausente del catálogo de las grandes cervecerías industriales.
Las cervezas de trigo o Hefeweizen o Weissbier o Witbier o como gusten llamarles maridan perfectamente con la carne asada, pescados, mariscos, sushi, ensaladas verdes y – por supuesto – con salchichas alemanas o argentinas asadas.
Dense la libertad de aventurarse más allá de lo tradicional, de lo que toman todos los días. El mundo de la cerveza es muy amplio y muy poco explorado por los mexicanos.  No obstante que es la bebida alcohólica más consumida en nuestro país, es paradójicamente una de las menos conocidas.
¿Tu probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.
Paz y Trabajo para todos.



viernes, 17 de abril de 2015

EL SUME CUMPLE CUATRO AÑOS

         Por: Javier Sánchez Valenzuela
        
      Como no queriendo la cosa, este asunto lleva ya cuatro años funcionando.
Como  muchos proyectos, el inicio de éste fue una mezcla de pasión, intuición, ganas y espíritu de aventura. El resultado fue El Sume.
      La idea venía lentamente evolucionando desde hacía muchos años… casi 30, pero las circunstancias no eran las adecuadas. Tuvieron que pasar muchas cosas para que la cerveza, la buena cerveza quiero decir, empezara a recuperar en México un terreno que por décadas estuvo en manos de un comercialismo extremo que privilegia el gran volumen de producción sobre la  exploración, la variedad de opciones, el gusto por descubrir y el hedonismo puro.
HACE CUATRO AÑOS EN NUESTRA INAUGURACION
      Primero se sucedieron los largos años de descubrimiento paulatino, buscando aquí y allá cervezas nuevas y leyendo cuanto libro sobre el tema se podía conseguir. En ese entonces el insustiuíble Mariano Rayón, investigador obsesivo de temas poco ortodoxos, aparece en escena y comenzamos a colaborar en este proceso de exploración. Por el 2008, en uno de sus delirios, Mariano se le ocurre organizar el primer cheve tasting al que acudimos no más de 7 personas.  A partir de entonces, y ya en colaboración conmigo, le siguieron muchos más y vimos cómo el número de interesados crecía con cada nueva reunión. De repente en uno de esos cheve tastings aparece otro personaje fundamental en esta historia: el Tavo Gaspar, quien después de “cascabelear” con su primer IPA, se enamoró irremediablemente de la buena cerveza, y al cabo de un tiempo nos convertimos en socios de la Primera Casa dela Cultura Cervecera de México.             Por supuesto hubo otros cómplices que desde el principio estuvieron a nuestro lado: Icela y Verónica, nuestras inquisidoras esposas que han andado este camino paso a paso colaborando siempre. 
JAVIER, ICELA, VERO Y TAVO
      El Sume surgió porque tenía que surgir. El cambio cervecero era inminente y venía empujando fuerte desde todas partes…. Y sigue haciéndolo. Nosotros estuvimos ahí y entonces y decidimos también empujar.  “La buena cerveza va a cambiar el mundo…todavía no sabemos cómo, pero lo va a cambiar” dicen por ahí. Nosotros estamos totalmente de acuerdo con eso.         Quisiéramos que esto lo notaran nuestras autoridades en todos los niveles para que apoyaran facilitando la creación nuevas posibilidades de desarrollo, pero supongo que no tienen prisa ni tiempo de ver lo que está pasando frente a sus ojos.  Por lo pronto esto no se detiene, igual que nunca se ha detenido El Sume pensando en nuevas formas para promover una mejor cultura cervecera que fomente el consumo responsable de mejores propuestas tanto locales como internacionales. 
      Por supuesto debemos de hablar de los artesanos cerveceros que han surgido en nuestra ciudad, en todas las ciudades del Estado y en muchas otras del país.  Sin la vitalidad que le han inyectado al movimiento cervecero, esto sería insostenible. Ellos representan toda la capacidad creativa que tanta falta nos hace en México.
      Quisiera terminar con fragmentos de un texto que escribió Andrea, mi hija, sobre el Sume y que publico en nuestro Facebook. Resume mejor que yo el mensaje que quiero transmitirles.
EL SUME AHORA, AUN CRECIENDO
“Cuando las cosas se hacen con el corazón y de verdad crees en un proyecto los resultados vienen solos. Nosotros solo teníamos una visión, que Mexicali cambiara su forma de tomar cerveza.
 Hace cuatro años nadie hablaba de cerveza artesanal en Mexicali. Nos dijeron que no funcionaría, que nadie experimentaba fuera de las marcas ya conocidad. Hoy tenemos más de 10 cervecerías artesanales en la ciudad, más de 4 beerfest al año que reúnen cada uno más de 3,000 personas, otros bares especializados en cerveza artesanal y una sólida comunidad cervecera….en gran parte esto es resultado del sueño y el trabajo de un lugar: El Sume.
Gracias a todos los “sumerios”, esa comunidad que no deja de visitarnos, que nos recomienda y nos sigue. Sin ustedes no existiéramos. Gracias a todo el equipo de trabajo y a Javier y Tavo por ser pioneros de la Primera Casa de la Cultura Cervecera en México.”
      ¿Tu probaste alguna cerveza nueva esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.
Paz y Trabajo para todos.