jueves, 13 de junio de 2013

BERLIN


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez
LA PUERTA DE BRANDENBURGO


           
Enamorarte de Berlín no es fácil. No es amor a primera vista. Su belleza no se ve de lejos. Sus encantos están envueltos en gloria y tragedia, en algarabía desbordada y llanto.
La idea de visitar Berlín surgió de nuestro interés por conocer de cerca la gran tradición cervecera alemana que durante tantos siglos ha marcado pautas a nivel mundial.  Llegamos buscando cerveza y encontramos mucho más que eso.
Lo primero que notas es que el consumo de cerveza es libre, la gente la toma en la calle, caminando en cualquier banqueta, en cualquier plaza, en el metro, sentado en una jardinera viendo pasar la vida.  Nadie se asusta. Lo segundo que notas es que a pesar de que la cerveza circula por todos lados, nadie está causando desmanes… nadie.  El respeto por los demás es absoluto.  El orden y la civilidad de los alemanes se nota en cada lugar y en cada situación social.  “A los alemanes les gusta caminar derecho” nos dijo un residente de la ciudad, van por su derecha en la banqueta, en las escaleras eléctricas, en sus automóviles. Todos saben cómo convivir en paz con los demás.  A los mexicanos nos resulta en principio exasperante, pero finalmente terminas por entender que esa sociedad funciona porque todos respetan al otro.
LO QUE QUEDA DEL INFAME MURO
Alemania, y de manera muy particular la ciudad de Berlín, ha vivido en  los últimos 100 años los mayores horrores que somos capaces de crear los seres humanos y de los tres se han recuperado hasta convertirse en la primer economía europea. La primera guerra mundial, aunque no se llevó a cabo en suelo alemán, melló profundamente a sus habitantes que vieron a sus hombres partir a una guerra que solamente les dejó muerte, pobreza y el incomparable sentimiento de la vergonzosa derrota. Después de un breve período de paz donde el país parecía sanar sus heridas, el monstruo de la guerra vuelve aun con más fuerza para desolar no solamente a su tierra sino a sus hogares y a su economía hundiéndolos en una de las épocas de miseria más horrorosas que el país hubiera conocido. La derrota de nuevo aparece como la protagonista de esta guerra, aunque ahora viene acompañada del desgajamiento de tu territorio que finalmente queda dividido entre los cuatro ganadores del conflicto: Rusia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. La ciudad de Berlín a su vez es dividida como botín de guerra provocando que en 1962 la población quede dividida de la noche a la mañana por un muro que impedía el libre tránsito entre el éste y el oeste, dejando a familias divididas en ambos lados.
BERLINER WEISSBIER
Después de muchos años, muchas muertes y muchas penas, el muro es derribado en el año de 1989 dándole finalmente a Berlín –después de tres golpes brutales -  la oportunidad de demostrar su gran capacidad de recuperación mediante el trabajo.
La cerveza siempre estuvo ahí como parte de la vida de los alemanes. Las cervecerías siempre han sido los lugares de reunión donde se discute, se platica, se convocan todos los asuntos públicos. No fue una casualidad que  el mismo Adolfo Hitler utilizara estos lugares para exponer sus ideas que le permitieron llegar al poder y donde sufrió uno de los atentados que estuvieron más cerca de acabar con la vida del Führer durante una reunión de trabajo.
El tipo de cerveza que de mayor consumo en toda Alemania es la lager. Son raras las tipo Ale aun que también existen.  Las lagers más populares son los estilos Pilsner, Märzen, Helles (clara), Dunkel (oscura), Schwarzbier (negra), Kölsch, Bockbier y la Kellerbier.  Dentro de el tipo de las cervezas Ales, o de fermentación alta, más populares, se encuentran los estilos Alt, Sussbier, Kölsch, Weizbier y la refrescante Berliner Weissbier.
Visitar Berlín y no tomar su cerveza es una experiencia vacua, trunca, incompleta. La cerveza es parte de su esencia como lo es su lluvia, sus miles de árboles, su aparente rigidez… y su muro.
Enamorarse de Berlín es como enamorarse de una mujer que primero te cuenta sus penas, sus tragedias, desencantos y poco a poco va develándote su gran belleza interior y exterior. Lo que hace irresistible este lento proceso de acercamiento es que siempre hay una cerveza de por medio para atestiguarlo.
Y tu…¿Qué cerveza nueva probaste esta semana? Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina. Paz y trabajo para todos.    


Comentarios: javier@elsume.com



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